Con 190 trabajadores despedidos, y la disolución de la Unidad Ejecutora de la Provincia de Buenos Aires (UEP), los trabajadores estatales continúan la permanencia pacífica en el edificio ubicado en la calle 8 y 46.
Tras la notificación vía correo electrónico, el día viernes en asamblea decidieron pasar el año nuevo en el lugar, para exigir la reincorporación de los trabajadores despedidos.
El resto, de los 380, comenzaron una serie de entrevistas con funcionarios de la cartera educativa para ser reubicados en otras áreas del gobierno bonaerense. Según explicaron los delegados del gremio ATE, los trabajadores a los cuales se les renovó el contrato lo hicieron bajo nuevas formas de precarización: la obra social no la paga el estado sino el contratado, no cuentan con medio aguinaldo y los contratos son renovables a un año.
Mientras tanto los trabajadores despedidos, señalaron que «somos trabajadores que tenemos más de siete años de antigüedad y que realizamos nuestro trabajo todos los días para garantizar el pago a proveedores escolares, obras de infraestructura y sueldos de docentes bonaerenses».
La indignación marcó fuertemente a los despedidos, ya que hasta la semana pasada Diego Taurizano, director del organismo, les había comunicado que «no había de qué preocuparse y que los rumores de despidos solo eran eso: rumores». Pero con el correr de las horas lo que era un romero terminó por convertirse en una dato de la realidad: los 190 despidos y la disolución del organismo.