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Osvaldo Drozd
Publicado en  Miradas al Sur
Colombia. El ex presidente busca enfrentar a Santos y las negociaciones con las FARC no escapan al panorama electoral.

16-alvaro_uribe_2Una sensación presente en la coyuntura de Colombia es que las negociaciones de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC están trastrabillando y que es muy difícil que prosigan. Algunos hechos ocurridos en los últimos días, en cuanto al conflicto armado propiamente dicho, parecieran confirmarlo, pero no menor es el hecho de que el ex presidente Álvaro Uribe Vélez haya lanzado un nuevo partido político para enfrentar al actual presidente en las elecciones del año que viene. Todo esto va acompañado de temerarias operaciones de prensa realizadas por algunos medios, mientras el proceso de paz pareciera haber entrado en una puja meramente electoralista.
Bajo la consigna “Ni de izquierda ni de derecha, sino todo lo contrario; de Centro Democrático”, los últimos días de enero fue lanzado el nuevo partido político de Álvaro Uribe denominado precisamente “Puro Centro Democrático”. En una cumbre poco difundida por los medios, y realizada en Santa Marta, en donde José Félix Lafaurie, actual presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan) fuera el anfitrión, además de Uribe también se dieron cita el ex vicepresidente Francisco Santos, director de RCN Noticias y primo del actual presidente aunque hoy enfrentados; Carlos Holmes Trujillo, alto comisionado para la Paz durante el gobierno de Samper y ex embajador de Colombia ante la OEA; Marta Lucía Ramírez, actual líder del Partido Conservador y quien fuera ministra de Defensa de Uribe en 2002, y el empresario y economista Óscar Iván Zuluaga, ex ministro de Hacienda durante el segundo gobierno de Uribe, además de reconocido dirigente empresarial. El nuevo partido político rechaza enfáticamente las negociaciones de paz en La Habana y tilda de traidor al actual presidente Santos, pidiéndole además que no acepte el fallo de La Haya sobre el archipiélago caribeño de San Andrés, el cual se encuentra en litigio limítrofe con Nicaragua.
Según escribió el ensayista Alberto Pinzón Sánchez para la agencia de noticias Anncol, el proceso de paz pasó de la simple “electoralización” a una instrumentalización por parte del gobierno con fines electorales. La afirmación del columnista resulta verosímil teniendo en cuenta que Enrique Santos, hermano del presidente, haya declarado los últimos días que la paz en Colombia depende casi exclusivamente de la reelección del actual mandatario en 2014. Según expresó Pinzón Sánchez en el mismo artículo, además de la idea de la reelección de Santos, también va creciendo una ola de odio promovida por los uribistas, los militaristas y los sectores agropecuarios siempre proclives a rechazar la pacificación del conflicto. Vale subrayar que las dos principales cadenas nacionales de noticias, como son RCN y Caracol, son la principal caja de resonancia de las posturas belicistas, y en contra del proceso de La Habana.
En una nota de opinión publicada por el diario El Tiempo, la presidenta del Polo Democrático Alternativo Clara López Obregón señalaba en cuanto al proceso de paz “que llegó el momento de considerar la incorporación de una mediación dirigida a facilitar la búsqueda de fórmulas de arreglo” ya que “Se trata de un mecanismo ampliamente probado que ha contribuido al éxito de un gran número de conflictos armados en el mundo entero”, pero señalando principalmente que la incorporación de un tercero “le brindaría a la sociedad colombiana la garantía de contar con una información veraz, ajena a la manipulación política, en un tema tan crucial para el futuro del país que se ha convertido en la base de la confrontación política en el seno de la coalición gobernante, pero que suscita un amplio apoyo ciudadano”. En respuesta directa a lo expresado por López Obregón, el columnista de Anncol le respondía que: “El proceso de La Habana no ha llegado a una ‘impase’ real que impida su continuidad y reclame la gestión de un mediador. Está sí sometido peligrosamente a las presiones politiqueras y militares de los tradicionales enemigos de la paz y demás pelechadores de la guerra en Colombia, opuestos visceralmente a cualquier modificación en la estructura agraria vigente en el país, sostenedores de la ideología dominante que alimenta el aparato de Propaganda y Terror”. Según Sánchez Pinzón, la postura del Polo Democrático Alternativo intentaría diferenciarse del gobierno con fines puramente electoralistas, ya que Clara López “desconoce que ya se ha llegado a un acuerdo de 5 puntos para la finalización del conflicto, que está en la base del proceso sobre la cual se dialoga y se avanza. Otra cosa es que se pretenda manipular e instrumentalizar con el miedo a lo que han dado en llamar ‘el fracaso de La Habana’, con fines electorales inmediatistas”.
En la última semana de enero, las FARC secuestraron a dos policías, tres contratistas petroleros y un soldado, afirmando en un comunicado que seguirán capturando efectivos de las fuerzas armadas mientras el gobierno no acepte negociar la paz sin el cese de las hostilidades. Es válido recordar que el proceso de La Habana no contempla, por ahora, llevar a la mesa de negociación lo que sucede en el terreno de combate. La respuesta del gobierno a través de sus fuerzas militares fue dar de baja en el departamento norteño de Córdoba al jefe del frente 5 de las FARC: Luis Carlos Durango Úsuga, alias Jacobo Arango, quien llevaba 36 años en las filas y era el encargado de sostener la retaguardia estratégica de las FARC en Antioquia y Córdoba, especialmente en el Nudo de Paramillo. Marisol Gómez Giraldo columnista del diario El Tiempo, escribía al respecto que si la guerrilla había “planeado el secuestro de uniformados para supuestamente probar la necesidad de un cese bilateral del fuego y de hostilidades, las FARC erraron. Y si sólo aprovecharon que dos policías quedaron en su poder para enviar el mismo mensaje, erraron doblemente”, ya que, según la analista, el gobierno dejó muy en claro que el cese bilateral se producirá cuando se firme el acuerdo definitivo de cierre del conflicto.
A todo esto, el ex presidente Uribe lo utilizó como caballito de batalla y a través de su cuenta de la red social Twitter difundió imágenes de policías acribillados por la guerrilla, intentando mostrar la crisis de las negociaciones, lo cual le valió fuertes críticas tanto del gobierno como de algunos directores de medios. La publicación de las imágenes por parte de Uribe fue horas después de que el ex presidente le haya pedido al gobierno “que suspenda las negociaciones con el grupo terrorista de las FARC” mientras “no se comprometa a cesar completamente las actividades criminales”.
También las FARC, a través de la delegación de paz en la Habana, difundieron un comunicado tildando a Uribe de “mafioso” y “paramilitar”. Llamando al pueblo colombiano a “movilizarse para defender la mesa de diálogos de La Habana” ante la ofensiva de manipulación de Uribe. En el comunicado de la guerrilla se afirma que “fue Álvaro Uribe Vélez, junto con su hermano Santiago, el motor principal del grupo paramilitar ‘Los Doce Apóstoles’ que bañó en sangre el norte de Antioquia y para borrar las huellas de su responsabilidad eliminó uno a uno a todos los testigos” y que “cuando el cabecilla paramilitar Salvatore Mancuso, en sus confesiones, prendió el ventilador que salpicaba a industriales, generales, gobernantes y políticos, 13 jefes paramilitares fueron extraditados a los Estados Unidos por Uribe, no para hacer justicia, sino para silenciarlos”.
Ante lo expresado por las FARC, el gobierno emitió un comunicado a través del portal presidencial, considerando “que en la Mesa de Diálogos se trabaja para conseguir la terminación del conflicto” y que “declaraciones como la citada en nada contribuyen a este fin”. Sin dudas, un poco de paños fríos para apaciguar el escenario político institucional.
Según un comunicado hecho el lunes 4 por el Estado Mayor de las FARC-EP, éstas enfatizan que no hay crisis en las negociaciones, que todo eso es parte de una campaña mediática de la ultraderecha y que “las conversaciones en la Mesa prosiguen de modo normal, nadie se ha puesto de pie o amenazado formalmente con retirarse” y que “por el contrario, las dos partes trabajan en busca de puntos de aproximación sobre el tema agrario, con el afán de producir acuerdos significativos que representen avances ciertos hacia la terminación del conflicto y la paz”.
Por su parte, según informaba el Servicio de Información Gubernamental (SIG), el presidente Santos expresó el martes que “si hay voluntad” él tiene “fe que este año vamos a lograr la paz de este país”, señalando dejar “los odios a un lado, con odiar uno siempre pierde”, exhortando a los colombianos a lograr la reconciliación, ya que “hacer la guerra es más difícil que hacer la paz”, sostuvo por último el mandatario.

http://sur.infonews.com/notas/uribe-juega-un-nuevo-partido

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