Proceso de Paz en Colombia

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Por Isaac Quispe Rojas

Colombia tiene actualmente 12 millones de pobres y está dentro de los cinco países más injustos de la tierra. Por eso, la paz es mucho más que la firma de un acuerdo entre las FARC y el gobierno, la paz es un fuerte deseo del pueblo colombiano y una necesidad histórica que busca cerrar el ciclo de violencia desatado hace casi 70 años y en donde los más perjudicados han sido las clases más humildes y los campesinos.

Colombia

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El brutal ciclo de violencia que atraviesa la historia de Colombia arrancó con la intolerancia de las clases dominantes que el 9 de abril de 1948 ordenaron asesinar al líder liberal Jorge Eliecer Gaitán, que promovía reformas económicas para el país. Su asesinato provocaría una revuelta popular conocida como el Bogotazo, donde en sólo 3 días la represión policial causaría 3 mil muertos.

Un recorrido por los anteriores procesos de paz demuestra que no hubo voluntad política para llegar a un acuerdo. En 1953, después de cinco años de guerra civil, los generales llevaron al poder a Rojas Pinilla que dio una amnistía a las guerrillas liberales y suscribió un acuerdo que se limitó al desarme y la desmovilización. Sin embargo, sus principales dirigentes fueron asesinados, por lo que la tregua sólo duró un año y la guerra civil se extendió hasta 1958, año en que el pacto entre liberales y conservadores daría lugar al Frente Nacional, que implicó el reparto del poder entre ambos hasta 1974. Así,  la estructura de poder permaneció intacta.

A partir de la década del 60, inspiradas en el triunfo de la Revolución Cubana,  las guerrillas liberales darían lugar a formaciones marxistas. En la década del 80 se abre otro intento de paz con las FARC que dio origen a la Unión Patriótica, pero nuevamente las fuerzas armadas y el gobierno inician la persecución y el asesinato de varios de sus dirigentes. En esa misma década nace la industria del narcotráfico con poderosos carteles que penetran en las instituciones y sumergen al país en otro drama que perdura hasta el día de hoy.

En 1990 se inicia el tercer proceso de paz en el que se logra la desmovilización y el desarme de 6 grupos insurgentes pero fracasa nuevamente. En 1991, el presidente Cesar Gaviria y la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar inician un acercamiento al diálogo en el norte de Colombia, Caracas y México, pero finalmente se frustra ya que Gaviria se retira de la mesa de diálogo y declara la guerra integral a la guerrilla.

En 1998, Pastrana inicia el quinto intento, se firma un acuerdo en Alemania, pero el proceso se interrumpe a escasos meses debido a la negatividad del presidente Andrés Pastrana de llegar a un acuerdo final. Y en 1999, se crea el Plan Colombia para la lucha contra el Narcotráfico, que en verdad es una política intervencionista de Estados Unidos que destina recursos económicos y militares para luchar contra las FARC. Con esa excusa se crearon grupos paramilitares de extrema derecha que siembran el terror en la población y parte de esos grupos paramilitares se han convertido en empresarios de las drogas.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos; el presidente de Cuba, Raúl Castro y el máximo líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", se dan la mano el miércoles 23 de septiembre de 2015 durante un acto en La Habana. Fotografia de EFE/ALEJANDRO ERNESTO

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos; el presidente de Cuba, Raúl Castro y el máximo líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», se dan la mano el miércoles 23 de septiembre de 2015 durante un acto en La Habana.
Fotografía de EFE/ALEJANDRO ERNESTO

Al actual proceso abierto en La Habana en 2012 por el presidente Juan Manuel Santos se llega luego de estos intentos fallidos, luego de medidas hostiles a la firma de un acuerdo. Al parecer todo indica que esta vez se llegará a un acuerdo, así se ha mostrado el 26 de septiembre, cuando Santos y Timochenko hicieron las paces ante el mundo. No es menor que se haya elegido y aceptado La Habana como lugar para la discusión, así como tampoco es menor que el máximo jefe de las FARC haya pedido perdón al pueblo colombiano por los crímenes y el dolor ocasionados.

Pero cabe señalar que una paz estable y duradera sólo será posible si se promueven inmediatamente impostergables reformas que terminen con la desigualdad que azota a Colombia. Porque los anteriores procesos de paz fracasaron justamente porque la clase dirigente nunca tuvo voluntad para realizar los cambios estructurales que el país requería para hacer viable la reconciliación, lo único que buscaban era desmovilizar a los grupos insurgentes y mantener el status quo.

Así llega el pueblo colombiano al proceso de paz, que tendrá otro momento decisivo este domingo 2 de octubre en el Plebiscito, que ratificara el acuerdo. Por el momento las encuestas dan ganadora al SI, pero para obtener mayor legitimidad y consenso social, el Sí debe superar el 60% de los votos. Por eso es importante la participación de los ciudadanos a lo largo y ancho del país.

Hay que tener en cuenta que, cuando en los países del primer mundo ganan terreno partidos de extremas derechas y xenófobas, este Acuerdo de Paz no es menor para la región que está viviendo una época de retrocesos de sus gobiernos progresistas. Por eso es importante comprender que este proceso de paz abre la esperanza y significará un triunfo no sólo para Colombia sino para la región Latinoamericana.

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