Las demandas del pueblo, ¿buscarán la Tercera Posición?

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Por Jesús Rojas.

Jesús Rojas es periodista de El Tranvía y Sonido Indoamericano.

El mes de marzo terminó y nos dejó mucha conflictividad social con constantes protestas de la clase trabajadora y de los sectores populares debido a las políticas económicas que se gestan desde el gobierno de Mauricio Macri. Las protestas de los trabajadores son respuestas contundentes a los masivos despidos tanto en el sector público como en el privado, y en defensa de sus derechos que fueron conquistados a lo largo de su historia; y que en este contexto se ven amenazados por el presidente.

Cabe resaltar que el protagonismo del mes anterior lo tuvieron los docentes con distintos paros que fueron de forma activa y eso lo demostraron las masivas marchas. Los maestros luchan por el aumento salarial y por apertura de la paritaria nacional, pero no es sólo por salario digno, sino también en defensa de la educación pública. “Una terrible inequidad de aquel que puede ir a una escuela privada versus aquel que tiene que caer en la escuela pública”, sentenció Macri en una conferencia de prensa.

Bajo estos discursos -que no son inocentes- el gobierno intenta estigmatizar a la escuela pública para reducir la “inversión” en educación. Hay que tener en claro que para los gobiernos de derecha la educación es un “gasto público” y no una inversión. También la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, pretende deslegitimar la lucha de los docentes argumentando que los gremios dejaron de discutir “salario” y que empezaron a hacer “política” con las huelgas.

Las demandas del pueblo, ¿buscarán la Tercera Posición?

El gobierno intenta bajo todos los medios posibles desprestigiar la lucha docente y correr así el eje de la discusión: un paupérrimo aumento del 18% que quieren dar a los maestros, lo cual no es acorde a la inflación que tuvo el año pasado casi un 40%. Vidal intentó dividir a los docentes premiando con 1000 pesos a los que no adherían a los paros convocados por los gremios, pero en vez de dividir unió a los docentes y eso se mostró en los masivos paros. Las calles también educan y eso lo tienen presente los docentes que le enseñan a los alumnos a luchar por un salario digno y a defender sus derechos.

También se ve que este gobierno hace todo lo posible para borrar la historia de los argentinos porque su programa de gobierno no es sólo económico sino también cultural. Por tal motivo el Presidente intentó convertir en “trasladables” los feriados del 24 de marzo que es el “Día Nacional por la Memoria, la Verdad y la Justicia”; el 2 de abril “Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas” y el 20 de junio que conmemora la muerte de “Manuel Belgrano”. El presidente quiso borrar ese valor simbólico de la memoria de los argentinos, pero dio marcha atrás y lo declaró como días “inamovibles” por la presión que ejercieron los organismos de Derechos Humanos al gobierno.

Un año atravesado por las elecciones.

Al ser un año electoral el gobierno intenta polarizar con el kirchnerismo, poniendo a un enemigo que amenaza la democracia. Los asesores de Macri no se equivocan al tener esa estrategia de comunicación para que desde el gobierno recurrentemente hablen del pasado en alusión al kirchnerismo (culpable de los males que estamos viviendo) y del futuro al cambio que están realizando junto a Cambiemos.

Hace unos días se realizó la marcha del #1A supuestamente en defensa de la democracia que está siendo “amenazada”. El gobierno se posiciona como víctima y busca el apoyo de la sociedad cuando en realidad es el opresor y las víctimas son los trabajadores argentinos que están pagando el ajuste producto de las políticas económicas.

“Es necesario dar la lucha de ideas para que el gobierno no busque respaldo en el pueblo”

No hay que caer en el juego de que la democracia está siendo amenazada, Macri ganó las elecciones por voto popular. Lo que demostró la marcha del #1A es que el gobierno necesita del kirchnerismo para sobrevivir y también del anti-kirchnerismo, que fue una gran parte a manifestarse repudiando al anterior gobierno.

Cambiemos al estar en el poder canaliza gran parte de ese anti-kirchnerismo e intentará para la elecciones de octubre seguir capitalizando, es por eso que buscará bajo todos los medios posibles polarizar entre el pasado y futuro

¿Podrá Macri seguir sosteniendo ese anti-kirchnerismo?

Todo dependerá de una tercera alternativa con ambición de poder que pueda disputar en las elecciones, una fuerza que tiene que ser amplia con alianzas flexibles que puedan tener un programa en común a favor de los intereses de la clase trabajadora y del pueblo.

Tampoco hay que negar que las calles estuvieron copadas por simpatizantes del macrismo que apoyan su gestión (un porcentaje de los cuales están siendo perjudicados) y también parte del aparato de la provincia de Buenos Aires que pasaron desapercibidos y que los medios de comunicación no hicieron mención alguna argumentando que fue algo “espontáneo” criticando las protestas organizadas que realizan los gremios.

“Desaparecieron los que tenían que desaparecer”, “No vuelven más”, “Basta de piquetes”, “Si se puede”, “Democracia, Democracia”, “Los chicos a la escuela”, “Hay que cantar, hay que cantar los piqueteros a laburar”; entre otras arengas se escuchaba en las calles. Macri no se mostró ajeno de lo ocurrido y dijo que la gente se expresó “sin que haya choripán”. Creo que muchos no deben olvidar cuando el Presidente hacía campaña junto a su equipo comiendo choripán para ganar los votos de la gente y le fue bien en las elecciones. Más allá de los dichos del presidente en las calles se expresó un profundo odio de clase, eso es innegable.

Se intentó mostrar la movilización como una protesta apolítica sin banderas de agrupaciones. Sí con banderas argentinas mostrando un nacionalismo que cantaban a los piqueteros para que “vayan a laburar”, sin ver los problemas de fondo que son los masivos despidos y el desempleo producto de la política económica de la gestión que ellos apoyan. Esos piqueteros que ellos mencionan son los que están pidiendo trabajo al gobierno, exigen la reglamentación de la ley de Emergencia Social que fue impulsada por el triunvirato de los movimientos sociales (CTEP, Barrios de Pie, CCC) y que fue aprobado por las dos cámaras en diciembre del año pasado y el gobierno dilata su implementación.

Luego de la marcha Mirtha Legrand salió eufórica a festejarlo en su programa y dejó en claro que es del PRO y de que hay que “defender la democracia”. Muchos se creyeron las críticas que le hiciera semanas atrás Legrand en su programa a Macri: “su gestión no ve la realidad”.

Los medios de comunicación educan y Legrand usa su espacio para generar sentidos en los televidentes, entonces hace campaña política a favor de Macri. Tampoco hay creer que el PRO defiende la democracia porque la vicepresidenta Gabriela Michetti había manifestado que “habría que evitar las elecciones de medio término”, ¿Esa es la democracia que quieren defender? Es la hipocresía del macrismo en el que muchos están cayendo.

En la Argentina nos encontramos en un escenario de resistencia y de defensa de los derechos de la clase trabajadora que están en peligro. Muchos críticos del macrismo argumentan que el gobierno se está equivocando y se va ir corrigiendo con el paso del tiempo. Por lo tanto el campo popular no puede ser ingenuo y caer en esos fundamentos porque Macri no se equivoca en aplicar las políticas económicas que está llevando a cabo, no se equivoca por la simple razón de que responde a un programa que no es para garantizar el bienestar del pueblo trabajador, sino para beneficiar a los sectores más concentrados de la economía.

El gobierno en menos de un año y medio de gestión y con sólo un tercio de parlamentarios en el Congreso ha podido aprobar leyes a favor de la clase dominante, ¿cómo lo hizo? Acordando con algunos espacios de la oposición.

Cambiemos es una derecha muy compleja que intenta disciplinar a la sociedad vetando la ley antidespidos e implementando un protocolo antipiquetes pero que no usa las fuerzas coercitivas para reprimir como muchos pensaban, tampoco no cae en el error de los 90 de privatizar todas las empresas del Estado como se lo juzgaba. Lo más paradójico es que hizo campaña de “pobreza cero”, pero en vez de disminuir la cantidad de pobres e indigentes aumento de manera drástica. Los datos del INDEC marcan que en diciembre del 2015 el kichnerismo dejó una Argentina con un 29% de pobres y en la actualidad aumentó a un 33% de pobres, ¿pobreza cero o pobreza en aumento?

Este 2017 es un año de mucha conflictividad social debido al desempleo, aumento de la pobreza, la indigencia, y caída del poder adquisitivo de la clase trabajadora debido a la inflación. Es por eso que los trabajadores presionaron a los dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT) para que convoquen a un paro general y enviar un mensaje al gobierno para que escuche y pueda cambiar el rumbo económico.

«es una necesidad histórica que los sectores populares se unifiquen bajo un programa común»

El paro está previsto para el jueves 6 de abril y tiene que ser decisivo hacia los sectores del campo popular: que ganen las calles con contundencia para dejar en claro al gobierno que no cederán bajo ninguna circunstancia a pagar el ajuste.

En un año electoral donde la derecha viene tomando fuerza es una necesidad histórica que los sectores populares se unifiquen bajo un programa común en busca del socialismo: la “unidad” por esencia es revolucionaria. Es necesario crear un bloque sólido con alianzas flexibles no sectarias de izquierdistas infantiles, en el que el programa sea el punto de partida y donde se discuta cambiar la matriz productiva; el cuidado del medio ambiente; la soberanía alimentaria, nacional, financiera y energética. Es necesario discutir estos puntos importantes porque el campo popular se queda corto solo con las protestas sin plantear soluciones a los problemas.

No hay que caer en esa polarización que intentan imponer desde los grandes medios de comunicación, es por eso que es necesario crear la “tercera posición”, una alternativa con capacidad de poder. Esa alternativa no tiene que ser dogmática sino como dijera el pensador peruano, José Carlos Mariátegui: “No queremos ciertamente que el socialismo sea en América calco ni copia. Debe ser creación heroica”.

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