La tragedia en Los Hornos y el debate por las listas de fallecidos

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Con la aparición del cadáver de Nilda Godoy, la lista oficial de las víctimas del temporal se eleva a la suma de 54. Desde que se instrumentara el operativo de asistencia y rescate de los damnificados, los funcionarios del gobierno provincial se esmeraron por atenuar el impacto mortífero del temporal en La Plata.

Walter Barboza

Hallaron el cuerpo de Nilda Godoy, desaparecida durante el temporal. Foto: DyN

Hallaron el cuerpo de Nilda Godoy, desaparecida durante el temporal. Foto: DyN

Claudio y Guillermo Zárate no cesan de salir de su asombro, con lujo de detalles narran a El Tranvía la experiencia vivida en la noche del 2 de abril, en la calle 70 entre 136 y 137 del barrio de Los Hornos. Allí, en una zona conformada básicamente por trabajadores de condición humilde, la lluvia hizo estragos y convirtió al paisaje suburbano en una postal de guerra.

Fue cuestión de minutos para que el intenso caudal se transformara en una correntada incontrolable y a las viviendas en una trampa mortal. Hasta que advirtieron que ya no había nada que hacer, más que salir al rescate de los cientos de vecinos que gritaban de un lado y otro en la oscuridad de la noche.

Claudio y Guillermo tienen 45 y 44 años, una estatura de un metro 1,82, y un peso estimativo de 90 kilos, imposible imaginar que una tormenta pueda mover a alguna de esas dos moles. Sin embargo la furia del agua era mayor, pero a pesar de ello rescataron a mujeres, chicos y a los abuelos que en la noche decidieron salir para ponerse a resguardo. Aunque no pudieron llegar a tiempo para socorrer a Nilda Godoy, una vecina de 55 años que, arrastrada por la corriente, desapareció luego de desprenderse del brazo de su marido.

Otro aparecido

Este martes, en la calle 134 y 69, a tres cuadras del lugar en el que los hermanos Zárate vieron por última vez a Nilda Godoy, una cuadrilla de desmalezadores de la municipalidad de La Plata, encontró su cuerpo calcinado entre los pastizales de un terreno baldío. Este cronista, fue el único periodista presente en el preciso momento en el que el cuerpo era embolsado para ser trasladado a la morgue judicial y el testigo privilegiado del hermetismo con el que los funcionarios de la cartera de Seguridad bonaerense a cargo del ministro Casal quisieron tratar el caso.

La actitud quedó en evidencia cuando con tono de advertencia, el Subsecretario de Política Criminal e Investigaciones Judiciales del Ministerio de Seguridad, César Albarracín, increpó al único camarógrafo que había llegado al lugar. Al grito de “usted de dónde es y para quién filma”, el funcionario de Casal le exigió que saliera del cerco perimetral porque no querían “procesar a nadie”. Su imperativo resultó curioso, puesto que hasta que el Subsecretario advirtió la presencia del cronista que firma esta nota, y el camarógrafo de Somos Noticias, no había ninguna cinta que impidiera el paso.

La discusión de las listas

El contexto en el que fue hallada Godoy, da cuenta de las fuertes discusiones que se generaron a partir de la difusión de la lista definitiva de víctimas que dejó el temporal en la ciudad de La Plata. Durante el fin de semana, en conferencia de prensa Scioli había ratificado la confección de la misma, a pesar de los testimonios de vecinos de la periferia que narraban la desaparición de mayores y menores en el torrente de agua que arrasó los distintos barrios de la comuna.

Ello valió que la Defensoría Oficial de Responsabilidad Juvenil, a cargo de Julián Axat, hiciera una presentación ante el Juzgado contencioso Administrativo Nro. 1, a cargo del Dr. Luis Arias, para que investigue si el número de víctimas es mayor. Axat y Arias dudan de la confección de la lista de Casal y Scioli.

En una entrevista concedida a este medio, El Tranvía preguntó cuáles serían las razones para cerrar una lista de personas desaparecidas o muertas en un temporal. El Dr. Arias respondió que “de ese modo el estado provincial estaría atenuando los efectos de posibles pedidos de resarcimiento de parte de la población”.

La profundidad  del debate llegó a tal punto, que en la mañana del martes el magistrado se vio impedido de ingresar a la morgue del cementerio de la ciudad de La Plata. El juez quiere que el gobierno provincial abra una investigación sobre el tema y que de intervención al Ministerio de Salud para qué determine qué personas murieron como consecuencia directa o indirecta del temporal. Para el magistrado habría personas que murieron cuando llegaron al hospital y que esos casos no fueron judicializados. Los datos por ahora le dan la razón,  porque al caso Godoy se suma el de Juan Carlos García (DNI 8.383.504) y Edgardo Roberto Reguera (DNI 4.634.218). Ambos murieron en la calle y no estaban en los registros del Ministerio Público.

El debate sobre la inseguridad

Con la aparición de Godoy, la lista oficial de las víctimas del temporal se eleva a la suma de 54. Desde que se instrumentara el operativo de asistencia y rescate de los damnificados, los funcionarios del gobierno provincial se esmeraron por atenuar el impacto mortífero del temporal en La Plata. Hablaron del fenómeno meteorológico, del problema de crecimiento poblacional y urbano, del cambio climático e insistieron en minimizar el número de muertos. La contabilidad de la gestión de Scioli no hizo más que generar la ira de las familias perjudicadas por la lluvia,  los que por estas horas señalan la ausencia de su gestión en la ayuda a las víctimas. Otro tanto ocurre con el intendente de La Plata Pablo Bruera, al que distintos sectores políticos le piden la renuncia.

Sea como fuere, Scioli -la ciudad de La Plata es la ciudad capital de la provincia- sabía de los serias dificultades hídricas que atraviesa la comuna, al igual que el intendente Bruera. Sin embargo, nunca hubo en la gestión provincial una política clara para avanzar en la búsqueda de soluciones. La política de Scioli en el territorio bonaerense ha estado sostenida centralmente, por un discurso que siempre puso su énfasis en los problemas de la seguridad de la población. La tragedia en La Plata, demostró la fragilidad de la logística y la infraestructura de ambas administraciones, ello a las claras constituye también un problema de inseguridad: la inseguridad de quedar encerrado entre unas avenidas y diagonales que, por la intensidad de la lluvia torrencial, se convirtieron en verdaderas trampas mortales.

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