Graciela Belli: Con el testimonio de su vida da sentidos a la definición política “gestión social”

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Por Yanina Lofvall 11897214_10207534904316419_1354532613_n

Agosto 2015- Hace pocos días, la vida me permitió volver sobre mis pasos, visitar la ciudad de Bariloche donde viví y tuve el privilegio de trabajar en  la Fundación Gente Nueva. Esta Fundación tiene 10 escuelas públicas de gestión social en sectores populares de esa ciudad. Esta experiencia para mí “única”, me llenó de esperanza de la convicción profunda que es posible el cambio y que aún hay gente comprometida  que da su vida, con coherencia, para que esto sea posible.

Según se autodefinen en su página “Gente Nueva» es una organización que busca promover la transformación social desde la educación, la organización comunitaria, promoviendo la ampliación de derechos. Impulsa políticas públicas que permitan el acceso a los derechos, articulando con diferentes actores de la ciudad, la provincia y el país. Lleva  adelante diferentes proyectos, que promueven desde la organización comunitaria y la horizontalidad, mejores condiciones de vida  con una mirada de ampliación de derechos.

Graciela Belli junto al Padre Currulef, “el negro”, es una de las pioneras y fundadoras de este proyecto. El Tranvía tuvo la posibilidad de dialogar con ella, poder escuchar su historia y comprobar la calidez de esa persona sensible en miradas de mundo y llena de sabiduría.

¿Cómo nace el proyecto de fundación de escuelas?

En el año 1980, el padre Currulef se viene a vivir a Bariloche trasladado de la zona del Valle y dentro de lo que era su ejido parroquial conoce este barrio, en ese momento se llamaba Playa Bonita y nos convoca a un grupo de militantes dentro de la iglesia en la línea del concilio Vaticano II.

Las personas que vinimos hicimos un censo en el Barrio a ver cuál era la necesidad que tenía la gente y fue la gente quien propuso una escuela. Fuimos unos convencidos que la educación era una herramienta de transformación. A partir de eso,  de una idea previa, también de una experiencia previa en Ingeniero Huergo y la fuerza de la gente que lo necesitaba, comenzamos las gestiones para abrir una escuela primaria.

Esto coincidía en el año 83 con una realidad muy especial, el proceso estaba en declive y había un despertar de la democracia. Todo eso nos permitió que mucha otra gente, alumnos del centro atómico y otros profesores, encontraran un espacio donde poner sus ganas y su manera de ver diferente a la sociedad. Así.  en marzo de 1983 se inicia la escuela que se le pone el nombre «Virgen  Misionera».

El nombre no fue casual la imagen de la Virgen Misionera fue creada por quien en ese momento era el obispo Monseñor Esayne. Era un obispo defensor de los derechos humanos, tenía una actitud muy clara respecto a la dictadura. Esa actitud del obispo había recorrido la provincia convocando a una asamblea de cristianos y no cristianos que se llamó el Sínodo Pastoral Diocesano, donde se buscaba plasmar los lineamientos dela diócesis. Todo este conjunto de cosas con aires nuevos, hizo que se empezara a plasmar un proyecto educativo donde la escuela Virgen Misionera fue el inicio.

¿Cómo surgen las asambleas en el barrio?

Como el barrio había tenido un peso importante en la decisión de la conformación de la escuela se instaló una forma de asamblea barrial para que podamos ver juntos lo que el barrio seguía necesitando. Claro, esto es algo de la génesis típica de la gestión social, aunque en ese momento no la llamábamos así. La gestión social tiene en su base esto de no ser «generado» desde arriba sino desde el consenso, desde la necesidad, las miradas de un territorio completo, en una comunidad concreta en un territorio concreto. Es como plantar la transformación en la realidad.

El tema de las asambleas era un mecanismo de organización y de reclamo, tanto fue así que todas las organizaciones que vinieron  después, nacieron de la organización popular. Primero fue la escuela, después, cómo bajar el agua de las vertientes y se armó una cooperativa de agua. Luego fue que se pusiera el alumbrado en las casas, no había electricidad. Después fue la necesidad de una primaria para adultos y ahí nació el taller Carlos Mujica. Frente a la necesidad de atención de los más chiquititos, porque sus madres trabajaban y por la necesidad pedagógica, nace el jardín Arco Iris. Ahí, los chicos de la primaria estaban llegando a su séptimo grado entonces nace el colegio secundario Amuyen. Fue todo un proceso de organización popular donde un grupo de docentes  gestionábamos todo lo requerido para que fueran escuelas formales, porque nuestra opción fue la educación formal. En ese momento para el estado eramos escuelas públicas de gestión privada.

¿Cómo se solventaron los proyectos y cuál fue la relación con el estado?

Siempre nuestra relación con el estado fue de asociación. También es una de las características de la gestión social, nuestras escuelas siempre fueron gratuitas, nuestra argumentación frente al estado es que nosotros garantizábamos la gratuidad a partir de la financiación. No hubiésemos hecho escuelas si no podíamos garantizar la gratuidad, porque desde nuestra ideología, desde nuestra mística la educación gratuita era irrenunciable, no negociable.

Fue muy importante para el gobierno de Río Negro la presencia de nuestras escuelas porque a partir de nuestras escuelas se creó legislación. En ese momento, esto de las escuelas públicas de gestión privada, habilitaban el 100 por ciento del aporte estatal con contrapartida de la gratuidad. Más adelante las escuelas de Gente Nueva fueron el germen de las escuelas de gestión social y que entraron con ese nombre en la legislación educativa de Río Negro en la antigua ley de educación y también en la nueva.

¿A nivel nacional también es una experiencia pionera?

Había otras experiencias previas, fundamentalmente de experiencias  que nacen a partir de proyectos territoriales y comunitarios, hay algunas muchas más antiguas. Con la característica de la gratuidad  creo que debemos ser una de las primeras.

¿El estado subvencionaba todo o sólo los sueldos?

Esas fueron conquistas graduales, primero solamente los sueldos, después logramos que nos dieran los servicios (luz y gas), después fue muy importante cuando logramos el servicio alimentario de provincia y de nación.La estructura edilicia es el aporte que hacemos nosotros.

¿En ese momento los sustentaba alguna base ideológica en concreto?

Siempre nuestra corriente, lo más profundo, a partir de una gran pluralidad, porque en este proyecto a nadie se le pregunta de qué partido es o de qué corriente política, pero siempre hubo un convencimiento de que vivimos en un mundo injusto y que esa injusticia es reversible. No es que los pobres nacen del repollo, sino que son producto de un sistema económico y político que genera la pobreza y la desigualdad a partir de su propia esencia, que no hay ninguna copa que rebalsa y que la construcción de la solidaridad, de la justicia y de la inclusión no eran una utopía irrealizable sino que había que crear las condiciones para que eso se diera.

¿Cómo empieza la idea de los talleres?

Bueno eso es parte de lo que ahora también está instalado como característico de las escuelas de gestión social.  En nuestros comienzos pasó por dos o tres variables, por sentir que la inteligencia también pasa por las manos, pasa por todo tipo de creación que se le pueda dar a los chicos con materiales de todo tipo. Por eso los talleres laborales y artísticos siempre fueron una característica de nuestra escuela; había que proponer proyectos innovadores dentro de los formatos escolares. Es por eso que hoy  todas nuestras escuelas, todas, tienen algún proyecto de innovación en pos de la calidad, en pos de la construcción de la subjetividad, en pos de generar trabajos docentes a partir del deseo, tanto del deseo de los alumnos como el de los maestros, ponerle otras variables dentro de la estructura educativa.

¿Cuándo se empieza a formar la Fundación Gente Nueva?

La Fundación Gente Nueva nace en 1989, a raíz de una propuesta que nos hace el obispo y de una necesidad legal, porque acá en este barrio Virgen Misionera había un problema muy serio de tenencia de la tierra. Era un barrio de ocupación de pueblos originarios, de migración chilena, la inmigración de la línea sur. Entonces había que intentar pasar de un proceso de lo legítimo a lo legal, para llegar a los servicios. Entonces ese proceso necesitó de una figura jurídica, también teníamos una radio que necesitaba una estructura legal. Las escuelas en ese momento todavía eran del obispado.

Y después se dio toda una realidad a partir de la historia de Río Negro, el obispado se dividió pasamos a pertenecer al obispado de Bariloche, los obispos no tenían demasiado interés en tener escuelas. Entonces se dio una propuesta conjunta entre Gente Nueva y el obispado de Bariloche, poner todas las escuelas que habíamos ido fundando a nombre de la Fundación Gente Nueva, eso fue en 1999.

Y ahora las 10 escuelas que tiene Gente Nueva, cinco en este barrio (Virgen Misionera), cuatro en 34 Hectáreas y una en el  Quimey Hue son de la Fundación

¿Qué rol cumplió en todo este proceso el padre Currulef?

Bueno, él fue como el inspirador, fue el que nos ponía los sueños más adelante para que nos animáramos a alcanzarlos, siempre tuvo ese rol. Al principio sí le puso mucho el cuerpo en cuanto a la construcción de edificios, a potenciar la posibilidad concreta de hacer las escuelas y demás proyectos. El falleció el año pasado, pero los últimos 15 años él fue entregando todo a Gente Nueva, a nosotros y a la gente que se iba sumando. Él tenía un dicho que graficaba mucho esto, él decía “yo nunca tuve chequera”. El nunca manejó el dinero, era la Fundación la que administraba y hacía las rendiciones. -Graciela sonríe y enfatiza- Su rol fue un rol interesante al provocarnos permanentemente la incomodidad, no la comodidad ¿Qué significa esto? Que nunca estaba satisfecho ni daba las cosas por cerradas. Siempre ponía la pregunta incisiva, el cuestionamiento porque él era así, para nada conformista. Nunca nos podíamos quedar acomodados

¿Cómo era salir a buscar docentes acordes a esta propuesta?

Cómo era y cómo es. Nosotros siempre decimos que nosotros no elegimos docentes sino que ellos nos eligen a nosotros y eso sigue siendo una constante. Más allá que tenemos concursos para docentes y directivos sigue siendo un lugar donde la gente que viene tiene que tener ganas de estar. El docente tiene que elegir estar con las condiciones de las construcciones colectivas que se van dando. Cada escuela, va construyendo un perfil docente que surge a partir de la necesidad, la realidad concreta de la vida institucional  va definiendo el perfil.

¿Qué edad tenías cuando empezaste en este movimiento?

Y yo empiezo a los 20 o 21 en  Huergo (Ingeniero)

¿Qué te dio como persona a vos ser parte de Gente Nueva?

En tantos años, me ha dado tantas cosas, pero te puedo decir que siempre me dio sentido. A mí me parece que si lo que estás haciendo, yo no digo que te de felicidad (que también te la da) pero si no te da sentido, si no entendés que te está aportando para la construcción de tu propia humanidad, es al divino botón. Fundamentalmente sentido, o sentidos, porque tampoco el sentido es una cuestión macro, los sentidos también es algo que va cambiando pero con una sustentación que es la que te dije al principio es ese convencimiento profundo de que este mundo tiene que potenciar lo mejor que tenemos los seres humanos que es la lucha por la justicia, la verdad, la inclusión, por la equidad. Pero todo eso que uno lo puede hacer como un discurso vacío o puede decir «ese fue el sentido de mi vida durante 40 o 50 años» y por supuesto con agachadas con imperfecciones uno intentó mantenerse en ese camino.

Y hoy te diría que parte de ese sentido tiene que ver con esto de la incomodidad, creer que las cuestiones no están cerradas, ni que hay verdades omnipotentes, vamos construyendo, siempre hay distintas posibilidades de enriquecer esa verdad.

¿Cuáles fueron los momentos más difíciles que tuvieron que atravesar?

En realidad, los momentos difíciles tienen que ver con dolores a nivel de relaciones humanas que hubo muchos, algunos que se resolvieron bien, otros no. Otras situaciones de complejidades en cuanto al sostenimiento de las escuelas o en la lucha de conseguir cosas que eran imprescindibles para nosotros. Pero hubo momentos muy complicados como cuando pasamos tres meses sin cobrar porque nos tachaban de privadas, las privadas sostenían los sueldos con el colchón de la cuota y nosotros nos decían “privadas” y no teníamos con qué  pagar porque no nos depositaban la plata. Pero los más dolorosos pasan por estas cuestiones humanas que algunas veces se complican.

-¿Y los más felices?

Ahhh – dice Graciela y se acomoda en la silla y sonríe como regocijándose-  todos. Los más felices son para mí que un pibe o una piba que tiene una vida hiper complicada se sostiene en nuestras escuelas o cuando podemos pensar en un proyecto institucional nuevo en cualquiera de nuestras escuelas. Momentos felices miles

¿Cuál fue la mirada que recibieron de la sociedad de Bariloche?

Hubo muchas miradas, todo el accionar de Gente Nueva generó luces y sombras. Alguna vez nos tildaron de asistencialistas, nosotros sabemos que la necesidad del otro requiere el cuerpo a cuerpo, pero nos corremos del lugar de asistencialismo.

A veces fue cuestionado por qué el estado nos aportaba tanto si éramos “privadas”. Pero creo que hay miradas diversas y que nosotros queremos enriquecernos con esas miradas, no es que estamos viendo ahí a ver qué dicen de nosotros

¿Y la mirada del Barrio?

No sé si es algo que yo te pueda decir, porque yo soy del barrio. Entonces me llevo bien con la gente, me peleo con la gente, estoy amigada o desamigada como cualquier vecino que vive en el barrio. Hay gente que hemos compartido mucho, somos del mismo lugar y eso se notó cuando murió “el negro”, se notó porque el barrio tuvo una presencia silenciosa pero impresionante. Más allá de que nos lleváramos mal o bien, que nos podamos ver seguido o  no.

¿Cuáles son los nuevos sueños de Gente Nueva?

No son de crecimiento exponencial sino un poco de crecer en distintas cuestiones que pensamos se tiene que ver el plus y es en este aspecto, de hacer de nuestras escuelas lugares donde podamos concretar lo que estamos hoy pensando:¿Qué significa calidad, inclusión para nosotros?». En el aspecto de tierras cómo se va cerrando para que los más posibles puedan tener una escritura, cómo trabajar con otros como organizaciones o el estado.

Estamos como mirando mucho qué es hoy la gestión social y la educación popular hacia dentro de nuestras escuelas. Y con referencia a la gestión social como incidimos en los formatos escolares para que esos formatos escolares propongan y sean herramientas para la inclusión, para la calidad  y para la equidad.

¿Es posible implementar la gestión social en escuelas del país?

A nivel nacional las escuelas de gestión social tienen mucha diversidad en su propia génesis. En la manera de implementarlo tienen algunas cosas que son comunes, una es que nacen a partir de la organización popular, cuando esa organización popular se traduce en organizaciones concretas sin fines de lucro y ven la educación como una herramienta.

A partir de pensar la educación como una herramienta de transformación, entonces todas las escuelas de gestión social proponen algún tipo de transformación social, en eso somos comunes ;y en la asociación con el estado a medida que se profundiza y se produce financiamiento, las escuelas de gestión social son gratuitas o están en camino de serlo. Todas las escuelas de gestión social tienen proyectos innovativos , eso también es común. A este nivel las escuelas de gestión social, a pesar que no en todas las provincias esta la figura legal, es una realidad nacional.

Tenemos la obligación de seguir fomentando también como escuelas de Gestión Social la horizontalidad y la democratización del formato escolar. Nosotros, por ejemplo, seguimos sosteniendo los Equipos directivos Ampliados que ahora le llamamos ECI (Equipos de Cogestión Institucional) donde participan el equipo directivo y docentes como un espacio de conversación que nos permite construir y deconstruir, un espacio abierto más a las preguntas que a las respuestas, no es una mera delegación de funciones y deben animarse a hacer cambios necesarios.

 Para conocer el trabajo de la Fundación Gente Nueva se puede visitar su página:  http://fundaciongentenueva.com.ar/index.php

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