No subestimar al PRO- «Sálvese quien pueda» vs. «Nunca Menos»

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Osvaldo Drozd


Hoy desde el diario La Nación, siguen insistiendo en que el amplio voto a Mauricio Macri en las elecciones del pasado domingo, son la expresión de un voto contra Cristina, contra la confrontación, la beligerancia, y el autoritarismo. Desde el análisis de Joaquín Morales Solá que lleva como título “Al gobierno no le sirve ninguna lección”, hasta el mismísimo Martín Lousteau quien en su artículo “Fito Paéz ¿miembro del próximo gabinete?”, el ex ministro cuestiona al cantautor por sus dichos sobre el electorado porteño, y donde expresa que lo que se votó fue contra la intolerancia del kirchnerismo.

Pensado de esta forma pareciera que el voto PRO fuera un hecho completamente reactivo, un voto negativo, un voto en contra de, y no a favor de nada. Sin dudas quieren hacer pasar al resultado porteño como un “voto castigo”, pero hacerlo de esta forma creo que les priva de ver el otro lado de la tortilla, que es que el voto PRO expresa también una elección a favor de algo, no totalmente delineado, y a lo cual los editorialistas de La Nación, tal vez no les interese para nada esclarecer. En una nota que leía ayer, Durán Barba decía que: “En nuestra profesión tratamos de comunicarnos con los electores comunes. En las campañas, el votante que más nos interesa es el menos instruido. Una persona que lee el editorial de La Nación no nos interesa para nada porque ya está decidido.” El publicista de Macri, sin dudas es fundamental en la construcción del perfil PRO, y a eso pretendo referirme porque creo que muchas veces vemos a esta fuerza como algo a subestimar, y pienso que no debiera ser así.

Si bien PRO en política reproduce casi todo lo de la vieja derecha, en su estética es algo completamente diferente. Jóvenes desprejuiciados de buen pasar económico, empresarios exitosos preocupados por sus gustos más frívolos y sin disimularlos, apología consumista, donde la política es solamente un complemento para combatir la naftalina, son sus lugares más comunes. Tal vez el perfil cultural PRO sea algo mucho más generalizado, pero lo nuevo de ello, es que este grupo hace política y controla la capital de la Argentina, y dice estar en contra de la vieja política. Decíamos que este perfil cultural es mucho más generalizado, pero renuente a integrarse a un grupo político, principalmente en el resto del país, y ese es el déficit de esta fuerza para extenderse más allá de la General Paz. Por ejemplo en la provincia muchos referentes PRO son viejos militantes, con una cultura diferente a la de los miembros capitalinos, y eso es un límite. Cuando los de la fuerza amarilla hablan de la nueva política, en verdad hablan de otra estética que no es precisamente la de esos punteros, que quieren representarlos en otros lugares. No caben dudas de que los alineados con referentes como Duhalde, comparten en última instancia la mismas ideas políticas que el macrismo, pero lo que si es contrapuesto y hasta antagónico es su estética, y esto un Durán Barba lo comprende a la perfección, y es por eso mismo que le recomendó a su pupilo decir alguna vez que un Duhalde es pianta votos.

El PRO expresa un tipo de molde cultural impuesto a los jóvenes, principalmente en los noventa, que aún no está extinguido y que se reproduce principalmente por los medios hegemónicos, pero que hoy encuentra una resistencia cultural activa aún no mayoritaria, pero que es parte del combate cultural que debemos profundizar. En definitiva se trata del “Sálvese quien pueda” enfrentado al “Nunca Menos”.

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