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Opinión

Por Antonio Nicolau

El discurso de la democracia de la oposición parece agotarse en la libertad de expresión de los opositores.

Sólo hay libertad si hay «parcialidad» en la expresión.

Democracia es obedecer a los mandatos del establishment, libertad es insultar al gobierno.

Democracia es trabajar para las corporaciones, libertad es poder ir a todos los canales de televisión, a todas las radios, a todos los diarios, a todos los portales de internet para decir y repetir como una muletilla hueca: «este gobierno es autoritario porque no nos deja expresarnos libremente».

Democracia es marchar por una Justicia que no hace justicia.

Libertad es pedir que «se acorte la línea de llegada» del mandato presidencial.

Mucha gente sigue ese discurso sin pensar ni ver que los que hablan de ausencia de libertad de expresión y de autoritarismo son los ÚNICOS que tienen micrófonos, cámaras de tv, papel prensa y webs a disposición.

Una zoncera más para el manual de don Arturo.

Un libreto más para «Mordisquito».

Los que odian pueden decir «MUERTE A LA CRETINA» o «NÉSTOR VOLVÉ Y LLEVÁTELA», o «MUERA LA YEGUA» y eso, nadie sale a discutirlo. ¡Claro! ¡Eso sí que es democracia! ¡Eso es Libertad!

Libertad es no ser esclavo del poder… que te aclaro, NO es el gobierno.

Hay muchas maneras de ser esclavo y la mejor y más duradera es la que transcurre de forma inconsciente.Libertad es poder pararse sobre sí mismo, sobre el propio SER para expresar lo que realmente SOY.

Democracia es participar de un sueño colectivo por una sociedad justa, libre y soberana. Democracia es justicia social para todos, y no solo para unos privilegiados con trabajo, casa y un cierto bienestar. El bienestar debe estar al alcance de TODOS.

Cuando somos pensados por el poder y no por nosotros mismos, cuando somos hablados por otros y no por nuestra propia palabra que brota de nuestro SER, ya hemos dejado de ser libres, hemos renunciado a lo más humano.

Somos esclavos del amo porque el amo está tan dentro nuestro, que ya no lo podamos identificar.

Cuando lo que soñamos es solo para nuestros hijos y nuestros nietos y no también para los hijos y los nietos de los pobres, cuando la sociedad que querés es un grupo pequeño de los iguales a vos, cuando la justicia no llegó hasta el último rincón de la Patria, entonces la democracia es una mentira y tu pensamiento está colonizado.

¿Cuál fue la movilización que organizaste para que le devuelvan papel prensa a los Papaleo? ¿Saliste a defender de la tortura a tantos otros? ¿Qué dijiste o hiciste por el asesinato de Luciano Arruga? ¿Y el de Miguel Bru? ¿Cuál fue la marcha en la que participaste para defender a los desocupados de los 90? ¿Quién salió con carteles para defender el trabajo que nos robaron y con él, las ilusiones más profundas?

¡Nooo! ¡Saliste a la plaza para defender tus ahorros de los bancos, los mismos bancos hdp que ahora te roban la plata y se la llevan a Suiza (swiss leaks)… y vos, vos no aprendes más ¡ehh!

Una democracia con estas características ha renunciado a sí misma para convertirse en una aristo-cracia, que – en buen griego – resulta ser «el gobierno de los mejores», que es lo mismo que decir de los poderosos, de los fuertes, de los dominantes… de los amos.

Los mejores siempre fueron los que tuvieron mucho dinero y poder.

El populacho… nunca fue «lo mejor» sino preguntale qué dijo Sarmiento en «Facundo».

No te ilusiones, medio pelo: ellos, cuando no te necesiten más… también te van a expulsar a vos… y ya será tarde… otra vez.

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